INDULTO
A FUJIMORI
LA
MURALLA ROJA
Por Sofía
Flores
Ahora los
forjadores de la peor tragedia en la historia del Perú han cimentado una brecha llena de venganza
disfrazada con la palabra impunidad. Las facciones de izquierda tuvieron mucho mérito
en la época del terror permitiendo,
protegiendo y ayudando a los subversivos en su lucha por la desestabilización
de la democracia, hábilmente apoyados por políticos fáciles de manejar bajo el
hilo del dinero y el poder , estos personajes han creado una fortaleza a fin de impedir la libertad de Alberto Fujimori
un expresidente a quien el destino le
dio la misión de estabilizar nuestra destrozada economía enfrentado a un terrorismo cobarde e
intimidante encargado no solo en destruir
toda infraestructura nacional sino de torturar hombres ,mujeres y niños
,matarlos frente a sus familias, secuestrar a peruanos sin distinción y
asesinarlos muchas veces lentamente, sin olvidar a nuestras fuerzas del orden
en ellos se desato una verdadera carnicería .
Ante todos
ellos Alberto Fujimori los enfrento y los derroto aunque para muchos esta labor
fue demasiado drástica, estos puritanos demócratas cierran los ojos ante los hechos reales de una contienda, donde
los derechos humanos son aniquilados por el enemigo, no existe, ni existió, ni existirá una contienda o guerra respetuosa de los
derechos humanos, de allí la importancia
en defender la pacificación de un país.
Se habla de
impunidad, de no permitir la libertad de Fujimori por delitos de lesa
humanidad, algo muy controversial porque fue Fujimori quien defendió y paro la
ola de sangre desatada por el terrorismo,
fue Fujimori quien les dio a los terroristas mediante la ley del arrepentimiento,
la oportunidad para redimirse en libertad sin pago ni reparación alguna, una acción
que más allá de permitir impunidad, fue buscar una reconciliación entre
peruanos a fin de cimentar el camino hacia la paz.
La primera
bomba activada por el terrorismo en el interior del país fue en 1980, cuando
Belaunde emitía su primer discurso presidencial ,más de 10 años de terror, 2
periodos de gobiernos democráticos atormentados, derrotados a los 2 años del
gobierno de Alberto Fujimori, han pasado
más de 20 años y aún no hemos logrado una verdadera reconciliación, porque
continuamente está siendo mancillada no por razones humanitarias sino políticas,
aquí se encuentran toda la gama de políticos que nunca hicieron un buen trabajo
desde el congreso y los movimientos de izquierda hábilmente protegidos por las
asociaciones de DDHH.
Los
radicales izquierdistas hablan hipócritamente de impunidad, una impunidad acogida
por los subversivos que lograron su libertad en el gobierno de Alejandro Toledo
sin mediar reparación alguna, aquí la voces moralistas se callaron, no hubo
ninguna muralla que objetara esta libertad ni pusiera presiones al gobierno
mucho menos a los representantes del poder judicial, aquí no se examinaron
expedientes, ni se adentró a los antecedentes , pese a que estas personas
cometieron directamente delitos de lesa humanidad con sus manos, aquí los DDHH
no solo lo permitieron sino lo defendieron.
Fueron muchas
las victimas del terrorismo, no solo un grupo ni una universidad ni un barrio,
fue todo el país, fuimos todos, la muerte fue tan dolorosa como aquella secuela
que dejo en sus sobrevivientes, inválidos, peruanos marcados con la desgracia y
olvidados por todos, peor aún aquellos que nos defendieron denunciados por no
hacer una guerra perfecta, sin fallas, obviando que en ellos también corre
sangre peruana como todos nosotros.
Podemos
seguir hablando de impunidad de pedir reparaciones para todos, para toda la nación,
aquí el camino de la reconciliación nunca existirá porque la gran muralla de
odio, venganza, persecución y resentimiento seguirá siendo cimentada por quienes desean destruir nuestra democracia valiéndose de artificios inmersos y bien
utilizados dentro de la ley.
La libertad
de Fujimori no puede ser contemplada como un antecedente de impunidad, Alberto Fujimori es el primer presidente
puesto a derecho, en prisión, así sea con ciertos beneficios dada su enfermedad
es una prisión, un prisión a la que nunca fueron ni irán los verdaderos personajes
políticos gestores de nuestra desgracia en la época de los 80-90, para ellos si
existió impunidad.
Podrán
alegar que el cáncer del Ing. Fujimori está en retroceso, felicidad para
cualquier ser humano con este mal, pero todos sabemos la crueldad del cáncer, porque está allí
y en cualquier momento en solo instantes puede destruir toda fortaleza,
porque pese a todos nuestros adelantos médicos
no hay cura para el cáncer.
La libertad
de Fujimori debe destruir esta injusta
muralla abriendo el sendero hacia la gran reconciliación entre peruanos ,
sellar una etapa indigna y trágica de nuestra historia, guiándonos hacia un
nuevo horizonte ,aprendiendo del pasado, enmendado errores, y por sobre todo al recoger todo ello,
protegernos contra el enemigo oculto bajo la fachada de nuestra democracia
creando discordia entre nosotros, reconciliación para unidos ser una verdadera
fuerza contra los problemas de nuestro país.
La libertad
de Fujimori debe ser contemplada con sensatez, Ollanta como presidente tiene compromiso
con todos los peruanos, aquí no media ni izquierda ni derecha, solo defender la
naturaleza de una gracia presidencial, cuya esencia no debe ser manchada con
odios ni venganzas políticas, es momento de generar un precedente sí, pero el precedente
de la reconciliación como único medio para
lograr el desarrollo de nuestro país en paz.
Sofía
Flores
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