lunes, 28 de octubre de 2013


YO ACUSO

Por  Sofía Flores.

Para los peruanos conocedores de nuestro maltrecho sistema jurídico, iniciar, conducir o terminar un juicio es simplemente  fariseísmo sin justicia, porque en la mayoría de casos tenemos que lidiar con artificios cual laberintos legales que  buscan ocultar la verdad o tergiversarla, en todo caso la tan anhelada justicia es una utopía, un condenado puede seguir estando preso,  un juicio puede durar  una eternidad, si así lo desea el poder de las influencias, el interés, el dinero o el temor político.

Desde su inicio el juicio a Alberto Fujimori  tenía un solo fin encarcelarlo, quitarle toda oportunidad, despojarlo de todo derecho a reclamar, el  fin era  destruirlo  siguiendo los perversos intereses de políticos y subversivos  acostumbrados a enriquecerse con el dinero de todos los peruanos.

Condenados  por  flagrantes delitos , terroristas , narcotraficantes, etc.,  lograron indultos, conmutaciones o amnistías  , pero a Fujimori le fue negado este derecho , se menosprecio en todo caso toda la hazaña de salvar el país a millones de peruanos , despojándolo de una consideración por un trato más humano  en especial a sabiendas  de su penosa enfermedad.

La fiscalía  habla de justicia para todos por igual, nada más falso la justicia bien sabemos tiene  ojos  cubiertos por el manto de los convencionalismos tal como fariseos,  guidados por intereses, en el caso de Fujimori el interés político, nuestro sistema judicial jamás  podrá llamarse justo mientras  exista en sus anales y jurisprudencias, injusticia, mentiras e hipocresía.

Yo acuso es la voz unánime de un poder judicial , escarbar el terreno jurídico para mantenerlo en prisión,  aprovechar cuanto material pueda disponer de los enemigos  políticos, acusar cuanto se pueda,  cortar el camino a la  justicia , dificultar el trabajo de la defensa , vigilar las acciones de Fujimori desde todos los ámbitos, su voz su conciencia ,  todo es permitido , porque para el poder judicial  tenemos un eterno yo acuso , yo  te condeno.

El poder judicial en el caso Fujimori  está  cargado de dependencia política, de allí que será difícil su libre autonomía, mientras  no surja una autoridad con suficiente  valor y profesionalismo, para encauzar  un camino digno y justo hacia la persona de un ex presidente que salvo al país.

 

 

 

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