HABLEMOS
CON LA VERDAD
Por
Sofía Flores
Mencionar
solo el nombre Fujimori para muchos sin memoria ni suficiente sensatez es sinónimo
de corrupción, delitos de lesa humanidad, dictadura u otros tantos adjetivos
despreciativos, sentimientos no adheridos a otros gobiernos que sometieron a
nuestro país en la etapa más cruenta vergonzosa e indignante de nuestra
historia.
La
salita de Montesinos fue el inicio para este odio, fue el correr de una cortina
que durante muchos años de gobiernos democráticos estuvo oculta tras la fachada
de políticos con maniobras o jugadas bajo la mesa, los negociados estaban allí a
todo nivel , millones de negociados entre corrupción y coimas se hacían , se cometían
los peores tráficos de influencias , se tapaban delitos de lesa humanidad , nuestros
políticos sabían lo que sucedía en el interior de nuestro país sometido a la explotación
e intimidación de autoridades y la inhumana subversión, se conocía pero para todos era mejor callar.
Los
videos de Montesinos fueron la bomba que refregó en nuestras narices esta
realidad democrática, la corrupción no se creó ni se descubrió como una
panacea, la caja de pandora se abrió, pero nuevamente Alberto Fujimori fue el encargado de enfrentar esta morbosa
cultura que nos ha venido acompañando por siempre.
Alberto
Fujimori no tuvo la opción de sus antecesores en hacer un gobierno de pantalla,
mientras la corrupción y los abusos seguían, como fue con los periodos de Belaunde o Alan García,
a Fujimori le toco afrontar esta realidad, pero fiel a sus principios el
simplemente hizo lo correcto, dadas las circunstancias apremiantes donde nos encontrábamos,
pudieron haber fallas porque no estamos en un mundo perfecto, pero los frutos
se vieron cuando se estabilizo el país y se logró la paz.
En
aquellos años tan sangrientos solo el temple y el poder de decisión de este
hombre, hizo posible tan ansioso anhelo en nuestro país, en esos tiempos los
peruanos necesitamos de Fujimori, aunque sea difícil reconocer por algunos,
esta hazaña jamás hubiera sido posible sin las características innatas de la
personalidad de Alberto Fujimori.
Fueron
años difíciles en la recuperación, los peruanos con menos fortaleza se llenaron
de resentimiento entre la perdida de sus empleos, la escasez o ausencia de
recursos, solo aquellos con suficiente entereza para entender esta situación pudieron
salir adelante sin el veneno del odio y la venganza, sin embargo nosotros solo
padecimos una parte de aquellos sacrificios que millones de seres en el mundo
soportaron por cruentas guerras muy superiores a la nuestra, pudieron seguir llenándose
de resentimiento pero ellos optaron por avanzar en solidaridad aprendiendo del
pasado .
Conocer
los males de una democracia tal como se hicieron con los famosos vladivideos,
es humillante para cualquier político, se puede por ello entender el odio hacia
Fujimori pero no se puede aceptar tanta
injusticia de envolver en su persona todo los males inherentes de nuestra
cultura, porque de todos nuestros gobiernos democráticos con lodo de
inmoralidad política solo hay un hombre preso, condenado, sentenciado e inclusive despreciado, porque no basto para
esta casta de políticos inmorales escavar legalmente la manera de desaparecer a
Fujimori , también se buscó con ayuda de ciertos personajes faltos de
profesionalismo en los medios de comunicación, el clima de resentimiento,
venganza y humillación , sorprendentemente lo consiguieron.
Afortunadamente
la verdadera justicia tiene un aliado, el tiempo, cada día es mayor el porcentaje de peruanos quienes reconocen el
trabajo del ex presidente Fujimori y están atentos ante cualquier manifestación
de su parte en hechos de la política actual.
Algo muy
inconveniente para los enemigos de Fujimori es tenerlo en la carrera política, hay
un temor latente a consolidar su legado como partido , es notorio Fujimori fue
capaz de cimentar un partido con hechos algo que ningún líder ha podido hacer
como partido , nuestros viejos partidos políticos
solo han podido sobrevivir en base a promesas.
Hoy ante
cualquier manifestación de Fujimori no pierden la oportunidad de llamarlo falto
de moral, corrupto e incluso delincuente, todo es permitido con la finalidad de
mantenerlo fuera del ring político.
En
nuestros medio de comunicación, aún hay periodistas faltos de objetividad e
imparcialidad con los hechos de nuestra historia, aún persiste en ellos el
sello distintivo de inmoralidad con solo mencionar el nombre de Fujimori y con
ello están haciendo uso de una profesión sin ética para ser el arma consciente
o inconsciente de aquellos malos políticos hambrientos de venganza.
La
verdad debería ser enunciada con equidad donde la razón nos lleve a aceptar la
realidad de los hechos que nos tocó vivir,
no obstante esta verdad está siendo opacada con sentimientos moralistas o
intereses particulares.
Alberto Fujimori podrá estar físicamente
preso, más no su pensamiento ni su libertad de expresión, como ex presidente forjador de un país estable
económicamente tiene toda la facultad para criticar o elogiar los aspectos de
nuestra realidad política.
Es un
grave error, una falta de profesionalismo intimidar en la persona de su hija
Keiko u otro familiar, así como a cualquier fujimorista la premisa de falto de conciencia moral al gobierno de Fujimori, con
ello en forma ignorante se está limpiando injustamente de todos los vejámenes, abusos y errores a
TODOS nuestros gobernantes y políticos democráticos dejándolos en una clara impunidad.
Viéndolo con este criterio tan estrecho tendríamos objetar las declaraciones de
Toledo, García y hasta el propio Ollanta con tantos problemas en su haber sobre
corrupción y tráfico de influencias, pero claro
videíto manda.
Fujimori
salvo la vida de miles de peruanos
sometidos a una ola de violencia, salvo
al país financieramente esto le da todo el derecho moral a criticar al mal
gobierno de Ollanta Humala o cualquier otro.
Fujimori
plasmo en logros sus promesas, pese a
toda la corrupción e inmoralidad de nuestro sistema existente, hizo realidad
una obra jamás igualada por ningún presidente, una democracia se mide por
resultados y la democracia de Alberto Fujimori dio sus frutos, los cuales
hoy nos permiten la estabilidad
financiera tan elogiada internacionalmente.
Pero
este hombre está preso su máximo delito abrir la caja de pandora que humillo a
esa clase política acostumbrada a vivir del estado a costa del pueblo,
convirtiéndose en el enemigo que día a día trata de mantenerlo no solo privado
de su libertad sino en el silencio.
Ningún
peruano puede aceptar esta intimidación, Fujimori nos demostró valentía cuando
se enfrentó a la adversidad, ahora la valentía debe ser dirigida por nosotros
para mantener su voz en alto diciendo la verdad.